Dejaré que pase el viento
Cerca de mi soledad
A llevar mis pensamientos
A la orilla donde tú estás
Sin tu amor no hay calma
Sin tu amor no hay dirección
A dónde ir (A. Lerner)
A llevar mis pensamientos
A la orilla donde tú estás
Sin tu amor no hay calma
Sin tu amor no hay dirección
A dónde ir (A. Lerner)
No se si es Baires o Madrid
no sé si es Bariloche o es Mendoza
No sé si es Salta o Villa Gesell
ya no sé lo que es un lugar
y ya no sé a dónde ir
pasan los años
y la naturaleza nos castiga
y no deja que pasen
más de dos días
como si en ese lapso
debiéramos conformarnos
debiera alcanzarnos
y me dejo alcanzar por tus labios
como si hubiera un pacto
dónde no podemos perder tiempo
y en cápsulas comprimidas
debieras medicarme de por vida
ya no son los kilómetros
y no es el tiempo, ni las años
son los daños que me producen
aprender a despedirme de vos otra vez
no tengo argumentos
cuándo me penetra tu mirada
no tongo chances cuando abres
tu boca con alguna de tus sonrisas
todavía están en mi
esas lágrimas tuyas
y esas frases enormes
esos sueños tuyos
y esas calles imposibles
no sé que puedo darte
y nada creo que me alcance
no hay nada que pueda compensarme
si no estás conmigo mucho más tiempo
entre ese recuerdo de tantos años
alimentado por los dos,
poco a poco, a pequeño sorbos
me enorgullece y me vuelve loco
me deja con gusto a poco
y me divide entre Océanos
entre tus ojos y mis latidos
como drogas que solo tu conoces
cuál es el alcance de un mensaje
hasta dónde llega una llamada
y qué poder tiene una palabra
tal vez lo nuestro sea un buen ejemplo
tal vez consigas rápidamente
olas que refresquen tus playas
y te olvides de estos granos de arena
y te lleves esto como algo efímero
pero ¿ no es la eternidad
algo que se construye día a día?
palmo a palmo, instante a instante
y yo me comprometo a seguir poniendo fichas
a un juego de niños ingenuos
que perdieron la inocencia
pero conservan el valor de las palabras
el precio de un sentimiento
aquí van esas promesas
allí van mis pensamientos
espero que te lleguen
como una brisa suave
la naturaleza no puede
y no debería castigarnos tanto
cada siete años,
parece que rompimos algo
algo me dice que no pasará tanto
que no seremos menos
que llegaremos más lejos
de lo que nos han dejado estos años
dónde juntarnos y a dónde ir?
dónde pensarnos y que decir?
dónde respirarnos y que sentir?
dónde y cuándo? no lo sé
cómo beber de una fuente mágica
puedes tomarla con tus manos
pero el agua se te escapa
entre tus dedos de forma inevitable
como llevártela, como conservarla
a dónde ir, a dónde saborearte
cómo, dónde y cuándo, tres preguntas
que no quiero ahora responderme
solo quiero mirarme en el espejo
y ver tus cicatrices en mis ojos
solo quiero enviarte mis bendiciones
mis cariños y recordar
todos los pequeños mimos
entre tus calles y las mías
entre lo eterno y lo efímero
entre lo que podemos
y lo que soñamos
¿a dónde ir?
se me ocurren dos calles
pero nunca se cruzan
o tal vez si, dentro siete años
o por las noches, dónde los sueños
siempre son posibles